Un testimonio que me recuerda la época en la que no había celulares, internet, ni redes sociales

Tenía 12 años de edad, mis padres y yo vivíamos en Los Mochis, Sinaloa, llegaron de visita unos tíos de Ciudad Obregón, Sonora y fuimos a un campo pesquero llamado El Colorado.

Algunos de nuestros amigos salieron a recibirnos y comimos juntos ceviche de pescado, patas de mula, ostiones, camarones, en fin un agasajo para quienes saben disfrutar los platillos del mar.

Habían pasado un par de horas y decidimos regresar a casa. En los años noventa, por ahí de 1991 sólo conocíamos una ruta para llegar a El Colorado, un camino de terracería en el que los autos debían viajar a baja velocidad para evitar que se dañaran; ya para llegar el camino se convertía en arena y eso nos indicaba que estábamos cerca.

De regreso y a unos cuantos kilómetros llegamos a una zona en la que el atardecer se veía con distintos colores que iluminaban el cielo, había tanta paz que decidimos jugar un partido de futbol en medio de la arena.

Comenzó un juego entre familias y mientras el sol comenzaba a oscurecerse poco a poco el cielo se tornó en un color azul oscuro. Las estrellas aún no salían y alguien comentó que había algo arriba de nosotros, una luz, un meteoro, algo que nunca habíamos visto.

Alguien dijo que por ser de color entre naranja y rojizo se trataba de un avión, otros dijeron que era un meteorito pero lo más extraño es que esa luz se detuvo arriba de nosotros, durante unos segundos nos quedamos observando, la luz se dividió en varias luces del mismo color y lo más extraño es que salieron disparados en distintas direcciones.

Creo que fue uno de mis primos el que gritó que era un Ovni y fue cuando todos salimos corriendo a los autos. Pocas veces nuestros tíos jugaban a las carreritas porque padecen un poco de obesidad, pero créame ese día todos salimos prácticamente volando.

Fue cuando comencé a preguntar sobre los famosos extra terrestres, en aquellos tiempos un programa de televisión había cobrado mucha fuerza y lo encabezaba el conductor Jaime Mausán.

Sin embargo, en todos los videos nunca encontré evidencia como la que habíamos visto y lo peor es que ninguno de nosotros tenía una cámara o algo que pudiera constatar el hecho.

Más tarde comencé a investigar y me di cuenta que la historia está marcada por hechos en los que las personas que presenciaron lo ocurrido testificaban y de esa manera, con su declaración, sin tener una fotografía o un video se da por ser algo real o verídico.

En medio de mis cuestionamientos comencé a investigar más y fue como llegué a la Biblia. Aunque usted no lo crea, encontré un predicador al que le hicieron la misma pregunta y respondió algo que nunca imaginé.

Durante su conferencia una persona le cuestionó sobre los extra terrestres y en palabras sencillas respondió muy sabiamente. El nombre del conferencista es Darío Salas y argumentó con una pregunta ¿lo primero que debemos cuestionar es qué es extra terrestre? Y eso significa una persona que no ha nacido en el planeta tierra.

Fue cuando escuché la respuesta que tanto había buscado: los ángeles son seres que no nacieron en la tierra, fueron creados en el tercer cielo al igual que los demonios. Cuando leí sobre el tema me sorprendió que algunos científicos estaban sorprendidos de que en la Biblia, el libro más antiguo llamado Job, se habla de constelaciones y de misterios que eran desconocidos durante la época de Hierro.

En pocas palabras es imposible que en un libro tan antiguo se hable de constelaciones porque no había forma de que pudieran comprobarlo. Hasta el momento mi familia y yo ignoramos qué fue lo que ocurrió ese día, pero le aseguro que después de lo que viví dejé ser un escéptico respecto a que seres que no han sido creados en el planeta podrían estar observando a los seres humanos.

Si usted ha tenido una experiencia semejante y quisiera compartirla lo invitamos a que nos contacte por medio del siguiente correo electrónico: contacto@tiemporealportal.com también a reportdavid@hotmail.com y al whatsapp 668 171 85 33.

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