Culiacán, Sinaloa. – Se trata de Dilia Cordero, una joven maestra de 25 años de edad decidió brindarles una sorpresa a los pequeños estudiantes que diariamente ve a través de sus clases en línea, yendo a visitarlos a su casa vestida de la icónica Mujer Maravilla.
Los hechos ocurrieron el día 4 de septiembre del año en curso y en exclusiva para Tiempo Real Dilia expresó que su objetivo fue conocer a sus alumnos en persona y así fortalecer su relación de maestra/alumno:
“Mi objetivo fue conocer y que me conocieran mis pequeños, son niños de 3 años, su primera vez en el kínder y que mejor motivación que conocer a su maestra en persona, eso me ayudaría a que me tuvieran confianza, interés y no solo vieran una extraña en una computadora “.
La joven docente expresó su entusiasmo y emoción por realizar tan noble acto de cariño por sus alumnas, además agregó que los padres de familia se sintieron muy felices y agradecidos por tener dicha preocupación para con sus hijos:
“Me siento demasiado feliz, contenta, emocionada e inspirada por haberlos conocido, tuvo muy bonita respuesta de parte de las madres de familia y mis niños, para poder realizar esta actividad yo consulte a cada padre de familia para poder asistir a sus viviendas” expresó la licenciada en Educación Preescolar.
Como medida preventiva ante la contingencia que acoge el mundo Dilia comparte que tomó sus precauciones “claramente asistí con aguante, cubrebocas, no me acerque a los niños, aunque admito que me fue muy difícil ya que soy una persona muy cariñosa, tenerlos de frente y no abrazarlos fue feo, a los niños te los ganas con mucho amor, cariño, paciencia.”
Da gusto y felicidad que hay personas que dan el extra en sus respectivos trabajos u oficios, tal es el caso de Dilia Cordero ya que tomó la iniciativa de ir a conocer a sus pequeños alumnos y brindarles una sorpresa, ante tal acto de cariño los niños se mostraron muy contentos y emocionados;
“Mis niños reaccionaron muy emocionados, algunos con vergüenza y también sorprendidos, pero estaban felices y más con su pequeño regalito el cual fue un rompecabezas, burbujeros, paletas, y una pelota”.
Las clases en línea han dado un giro muy importante en el ámbito educativo y con ello los maestros tienen que adaptarse y esforzarse aún más, en lo personal, Dilia comparte que no es la misma asistir a clases en línea que a clases presenciales pero que es un reto que está dispuesta a afrontar por amor a su profesión y dentro de las diferencias más notorias menciona las siguientes:
“Han cambiado en el hecho que no te ven todos los días, que no eres quien les enseñas un nuevo tema diariamente; yo solo les doy clases 2 días a la semana ya que están pequeños, pero hay instituciones que dan clases en línea diariamente y aun así no es la misma ya que no los tienes ahí para bailar juntos, jugar, motivarlos con abrazos, no están interactuando con todo el material que les tenemos en el aula, solo son vídeos, actividades sencillas en casita… “
Al preguntarle cómo se le ocurrió dicha sorpresa Dilia menciona que ya tenía días con la idea pero fue hasta hace poco que la puso en práctica; “Esta idea la traigo desde abril por el día del niño, yo estuve trabajando en Ahome, quise sorprender a mis niños del kínder pero era cuando estaba más fuerte el virus y realmente no me podía exponer a mí ni a ellos, pero al empezar este nuevo ciclo escolar decidí llevarla a cabo ya que estos pequeños si están dentro de mi alcance, lo platique con las madres de familia y aceptaron.”
«Si no te gusta lo que haces hazte a un lado, hay gente que si lo hacemos con amor» Son las palabras de la joven docente, ya que menciona que muchas personas no disfrutan realmente lo que hacen lo que afecta en muchos sentidos la realización del trabajo o profesión.
Por último, la señorita Cordero agregó que una de las madres de familia le dio su agradecimiento lo cual la llenó de orgullo; “Al estar planeando ir a conocerlos decidí disfrazarme para sorprenderlos aún más. Al momento de estar ahí una mamá me comentó que se le había hecho un detalle muy hermoso y le dio ganas de llorar, otras me mandaron mensajito agradeciendo por la sorpresa”.
-Meño Núñez